Al gran grabador Giovanni Battista Piranesi

Tu cuerpo fue y es de metal, lo forman 2.202 planchas de cobre.

Tú supiste lo que era el sacrificio, el duro trabajo.

Tu genio de fuerte carácter, el jinete que cabalga a ambos.

Los mediocres quisieron hundir y enterrar a un sol emergente iluminando

a miles de estrellas.

Fuiste un gran vedutista, pero de plancha del difícil metal,

 y no del delicado, placentero y blanco lienzo.

Gran dibujante y artista, te recreabas en la arqueología, en ella encontraste tu verdad.

Tus búsquedas inspiradas en la Roma antigua, tus ruinas y cielos únicos, tus cárceles imaginarias.

Tú, culpable de que yo cogiera los buriles, incendiaste esa llama

que tímidamente asomaba.

Maestro de maestros, mirada artística implacable.

Te enfrentabas día y noche al ácido nítrico y como sometidas a tentación,

tus planchas resurgían de superar la prueba de un trabajo de alquimia,

de transmutar la nada, el vacío,

A la Belleza, al Arte, al Todo